viernes, 31 de octubre de 2008

Vivid pues...


Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuan buena y hermosa es la vida. Vivid, pues, y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, (…).

“El conde de Montecristo” (fragmento), Alexandre Dumas

miércoles, 15 de octubre de 2008

Antipodas


Según mi madre, todos tenemos en nuestras antípodas un ser que es exacto a nosotros, y que ocupa siempre en el globo un lugar diametralmente opuesto al nuestro (si no, no seria antípodas). Me contaba mi madre que este ser anda, duerme y sufre al mismo tiempo que una porque es nuestro doble, nunca llegaron a verlo porque el doble se desplazaba al mismo tiempo que ellos para no perder su posición simétrica en el globo, pero también porque el doble había tenido la misma idea y se había puesto a viajar en busca del otro al mismo tiempo. Esta historia me hizo sentirme muy acompañada en mi infancia, pues como tenia miedo por las noches pensaba en mi antípoda, a la que le estaba pasando lo mismo que a mi y tenia la impresión de que nos mandábamos ánimos de un extremo al otro de la tierra.

La soledad era esto (Juan José Millás)

martes, 7 de octubre de 2008

Caminar

¿Por qué resulta a veces tan arduo decidir hacia dónde caminar? Creo que existe en la Naturaleza un sutil magnetismo y que, si cedemos inconscientemente a él, nos dirigirá correctamente. No da igual qué senda tomemos. Hay un camino adecuado, pero somos muy propensos, por descuido y estupidez, a elegir el erróneo. Nos gustaría tomar ese buen camino, que nunca hemos emprendido en este mundo real y que es símbolo perfecto de que desearíamos recorrer en el mundo ideal e interior; y si a veces hallamos difícil elegir su dirección, es —con toda seguridad— porque aún no tiene existencia clara en nuestra mente.

Caminar (Henry David Thoreau)