martes, 8 de abril de 2008

Oh Dios


Oh Dios bondadoso y misericordioso, acompáñame en ésta mi hora de necesidad, de extrema necesidad. Entonces se le ocurrió que aquello debía de ser un castigo y, durante algún tiempo, este pensamiento le permitió sobrellevar el sufrimiento; pero al fin se sublevó. Basta, Dios, y su muda indignación exigía respuesta. ¿Por qué he de morir, si yo no he matado? ¿Tú eres venganza o eres amor? El furor le ayudó a pasar otro día, pero luego se disipó y en su lugar quedó un terrible vacío, una infinita soledad, al darse cuenta de que hablaba al aire, que allí no había absolutamente nadie, y entonces se sintió más ridículo que nunca en la vida, y empezó a suplicar al vacío, oh Alá, sólo te pido que existas, maldición, sólo que existas. Pero no sentía nada, nada, nada, y un día descubrió que ya no necesitaba sentir algo. Aquel día de metamorfosis, la enfermedad hizo crisis y la curación empezó.

“Los versos Satánicos” (fragmentos), Salman Rushdie

2 comentarios:

Pekas dijo...

Interesante fragmento... un libro que no lei... pero despertaste mi curiosidad...

Curioso... mucha busqueda de la transformación... será la primavera.. ???

Un abrazo... lleno de montañas...

Anónimo dijo...

http://www.trekearth.com/viewphotos.php?l=3&p=705052