domingo, 30 de septiembre de 2007

atardecer de reencuentro




Recuerda que sabes volar,
que sólo tienes que ponerte de puntillas,
respirar hondo,
tomar impulso con el cuerpo
y desearlo con el corazón.

No es fácil,
ni difícil:
se trata, sencillamente,
de algo que siempre has sabido hacer,
de tu propia naturaleza.

Recuerda que sabes volar:
que sólo tienes que dejar que la memoria
de tu cuerpo y la de tu corazón
se encuentren con tus alas.

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